La palabra 'personal' se utiliza mucho en la crítica cinematográfica, pero es difícil pensar en una obra que se ajuste mejor a esa descripción que el íntimo canto de cisne de Chantal Akerman.
La película de Laughton transforma la esencia del cine negro, elevándola a un nivel que hace que las producciones convencionales parezcan simplemente infantiles. Cada toma se convierte en una masterclass de contrastes, con sombras inquietantes que se enfrentan a luces intensas.
Mel Gibson parece estar aprovechando su reputación como una figura controvertida, buscando transformarla en una oportunidad. La película, por su parte, resulta ser una experiencia cruda y desagradable.
Una adaptación fallida y empalagosa de 'Romeo y Julieta', comparable a una versión universitaria y borracha. Resulta extraña e inintencionadamente divertida.
'Despicable Me 3' padece de una evidente escasez de ideas originales y parece confiar en que la audiencia esté suficientemente interesada en la trama. Además, la inconsistencia en el desarrollo de los personajes es realmente sorprendente.