A pesar de su historia de fondo excesivamente compleja, esta es la película de animación japonesa más cautivadora desde 'Memories'. Los animadores y dobladores realizan un trabajo excepcional, pero el verdadero eje es Mamoru Oshii.
La conclusión no es demasiado sorprendente o reveladora, pero funciona bien como crítica de la cultura popular japonesa y como thriller efectivo de una mujer en peligro.
Las mismas oportunidades desperdiciadas, con decorados de estilo art decó y una serie de apariciones invitadas que resultan innecesarias. Además, solo hay una escena de muerte que se siente poco impactante.
Cada plano cargado de la película irradia la contradicción central entre represión y abandono emocional; el formalismo y la sensualidad son inseparables.
Cualquiera que se desencantase con la vacuidad de la última de Antonioni encontrará las semillas de la insatisfacción bien arraigadas en el manierismo y en la angustia fácil que se evidencian aquí
Esta es la primera obra maestra de Sternberg. La verdadera sofisticación de las imágenes de Sternberg hace que casi todos los nuevos estrenos parezcan anticuados.
La razón principal por la que Keaton resulta más divertido y claramente más 'moderno' que Chaplin es que sus películas están concebidas, dirigidas y filmadas de manera cinematográfica, no como meras excusas para generar momentos cómicos o emotivos.
Narrativamente desorganizada y de ritmo errático, pero grabada con fogonazos de inspiración. En general, la visión de la realidad social es tan temblorosa como la trama.
Insoportablemente embarazosa en su momento, ahora parece grotescamente pretenciosa y patéticamente desconectada de las realidades de los estilos de vida que pretende representar.
Todas las confrontaciones suceden de manera adecuada, superando cualquier expectativa en duración y alcanzando lugares inexplorados por el cine tradicional.
Es una colección de cuatro relatos de fantasmas, con un diseño y un estilo tan marcadamente estéticos que casi carecen de momentos aterradores. A pesar de ello, es deslumbrante.
Representa la primera incursión de Hitchcock en el mundo del sonido, siendo célebre por sus aportaciones en este aspecto. Sin embargo, lo que realmente impresiona hoy en día es su audaz experimento con la narrativa.
Filmada y editada con el característico estilo de Kitano, la película destaca por su espontaneidad. Los toques de comedia revelan las dos facetas del director, brindando una experiencia cinematográfica única.
Welles transformó las limitaciones en virtudes. Este es un homenaje a Shakespeare, filmado con pasión y entusiasmo, sin un enfoque reverente. Se trata de una excelente obra del género noir.