Su comienzo nos pone difícil no seguir mirando y resume en sus cinco minutos mudos las fuerzas esenciales de esta extraordinaria película. Su oscar: un acierto histórico.
El arranque nos sirve para recordar la extraordinaria garra del director, capaz de una inventiva emocional y eficiente que en España sólo la veo en Bajo Ulloa.
El arranque es magnífico. Sin embargo, Cronenberg parece no lograr añadir más trama o drama a ese enfoque selectivo, y a menudo la película no ofrece nada que justifique la distancia emocional de sus personajes.