La energía intensa de la película hace que verla sea una experiencia sorprendente. En el momento en que el público se adapta a su narrativa elíptica, 'Undine' elige extender el tiempo.
'Bergman Island' juega con la narrativa, oscilando entre momentos y reiniciando escenas, quedando encantada en un ciclo que ella misma crea, como si disfrutara de su propia confusión.
La nitidez en la expresión de cada personaje no limita las interpretaciones, sino que las expande completamente. De esta manera, construimos nuestras propias narrativas; así se edifica nuestra catedral de la memoria.
Valeria Bruni Tedeschi, una brillante representación del caos. Meier actúa como un funambulista, equilibrándose entre el intenso drama y la comedia explosiva.