No se decide si trata de una amistad tumultuosamente difícil pero gratificante o si es una parodia de la escena literaria contemporánea. Falla como ambas.
La sorpresa más agradable de 'The Man Who Would Be King' es que, aunque es una aventura tan romántica e inverosímil como te gustaría, no se queda anticuada.
La sensación de incompletitud es parte de lo que considero una de las comedias norteamericanas más originales, atentas e implacables de los últimos años.
Es una idea atractiva y gran parte de 'Butch Cassidy and the Sundance Kid' es muy divertida. En general, la producción y las actuaciones son muy buenas.
Fracasa principalmente porque no confía en que el espectador sea parte del espectáculo. Lo que no se explica con el diálogo se subraya a través de una música estridente y de los efectos especiales.
Luce bien, pero la historia en sí misma, tal y como está concebida por David Kirschner para el guion de Judy Freudberg y Tony Geiss, carece de ingenio, aunque es bienintencionada.
Tiene una cualidad hechizante que sólo se encuentra en las mejores películas en retrospectiva. Un film excelente, que es Bergman por antonomasia y a la vez algo que nunca ha hecho antes.