El mejor de los cortos animados nominados al Oscar, ofrece una historia imaginativa y rica con matices similares a los de Tim Burton, explorando el sentimiento de ser diferente. Además, los aficionados al steampunk notarán su influencia.
Aunque hay una cierta cualidad formal en la dirección, sigue siendo una historia muy emocionante. Y los amantes de las matemáticas apreciarán la inclusión de una breve e ingeniosa anécdota.
La dirección no destaca especialmente, salvo por algunas secuencias de surf que brillan por su factura. Por otro lado, la banda sonora es un punto a favor, con animadas canciones de rock de la época que aportan una gran dosis de energía.
Un melodrama de artes marciales que resulta moderadamente entretenido, gracias a sus impresionantes escenas de lucha. Sin embargo, la trama es algo anticuada y las interpretaciones no destacan demasiado.
Nos da una idea cabal de una personalidad y una inteligencia tan fascinantes que empezamos a comprender por qué todos esos cientos de miles de personas hicieron cola en el MoMA.