La sátira del slasher arrasa con los tópicos raciales. Es una ingeniosa comedia de terror que se burla de los clichés del género de una manera brillante.
Una mujer intenta superar sus demonios internos en esta encantadora comedia. Céline Devaux presenta un estilo visual intrigante y anárquico, acompañado de un sentido de la malicia que resulta irresistible.
Es un film lento que confía en que la tensión que va creciendo mantenga a la audiencia enganchada, incluso si su protagonista es inexpresivo y distante. Al final recompensa
Hay cierto ingenio salvaje y a veces surrealista en esta historia anárquica de violencia y venganza; es un debut atractivo. Podría convertirse en una obra de culto.
La falta de originalidad en la premisa se ve acompañada por un guion que toma libertades narrativas para mantener la tensión junto a los elementos grotescos.
Una endiablada y atractiva historia de traición e intriga de la vieja escuela que transcurre a toda velocidad a lo largo de sus casi tres horas de duración en una ráfaga de esgrima, trajes gloriosos y disfraces faciales de goma protésica.
La oscuridad en este país fervientemente cristiano conlleva una resonancia simbólica, algo que el artista visual y cineasta congoleño Nelson Makengo explora de forma vívida y evocadora en este poderoso collage impresionista.
Es tan dulce como su paleta de colores de tienda de caramelos, pero hay alimento emocional en el delicado tratamiento que hace la película de la angustia y la soledad de los adolescentes.
Esta impactante obra de Moratto explora la esclavitud moderna como base para una fábula moral que se torna gradualmente más intrincada y gratificante a medida que se desarrolla.
La destacada actuación de Raffaella Giordano impulsa la película. Por otro lado, las interpretaciones secundarias presentan altibajos. Además, la cinematografía tiene un enfoque turbio y áspero que se siente muy espontáneo.