La dependencia emocional que conllevan las conexiones que se establecen por internet es lo que hace que el film sea fascinante de forma retorcida y problemática.
El lenguaje cinematográfico que utiliza Gomes ofrece una experiencia de inmersión más que una narración estricta. En este sentido, los momentos ocasionales de distracción resultan prácticamente irrelevantes.
Timothée Chalamet brilla en su papel, mientras que Paul King logra una obra mágica con este encantador musical. La película se destaca por su audaz enfoque y su irresistible atractivo.
Es visualmente excelente y solo podría ser obra de Ocelot. Estas sencillas fábulas están muy bien ejecutadas, tanto en el arte de la animación como en la exuberante música orquestal.
Una fantasía cálida y absorbente que debería encantar al público más joven y a sus padres. A pesar de que el material original tiene más de 70 años, sus temas tienen una resonancia contemporánea.
Aunque no es del todo imposible de ver, sus demenciales niveles de energía la recomendarán al público más joven y pueden desencadenar dolores de cabeza por estrés a los mayores de 12 años.
Este romance singular cuenta con momentos de una rareza cautivadora, pero tiene cierta tendencia a subrayar sus ideas y sus temas con demasido énfasis.
No es una película que desafíe los estereotipos de las películas de iniciación. Sin embargo, el diálogo es agudo y el ritmo cómico de Powley está bien ajustado.
No habrá muchas películas que tengan un trozo de diálogo en Asirio Neo-Arameo y un cameo de Lars Ulrich, el batería de Metallica. Falta tensión dramática.
Crowe se presenta como un villano formidable. No obstante, aunque el resultado es abrumador, la carencia de complejidad provoca que se sienta que el talento de Crowe se desperdicia.
Su película más divertida hasta la fecha. Parece la culminación de las fascinaciones y temas de Strickland en la actualidad. Su identidad única proviene de su meticuloso diseño, abarcando todo, desde el vestuario hasta el sonido.
Un documental urgente que destaca a Ecuador como un país por el que vale la pena luchar. Sin embargo, también se señala que todavía queda mucho daño por sanar.