Este romance singular cuenta con momentos de una rareza cautivadora, pero tiene cierta tendencia a subrayar sus ideas y sus temas con demasido énfasis.
No es una película que desafíe los estereotipos de las películas de iniciación. Sin embargo, el diálogo es agudo y el ritmo cómico de Powley está bien ajustado.
Crowe se presenta como un villano formidable. No obstante, aunque el resultado es abrumador, la carencia de complejidad provoca que se sienta que el talento de Crowe se desperdicia.
Su película más divertida hasta la fecha. Parece la culminación de las fascinaciones y temas de Strickland en la actualidad. Su identidad única proviene de su meticuloso diseño, abarcando todo, desde el vestuario hasta el sonido.
Un documental urgente que destaca a Ecuador como un país por el que vale la pena luchar. Sin embargo, también se señala que todavía queda mucho daño por sanar.
La sátira del slasher arrasa con los tópicos raciales. Es una ingeniosa comedia de terror que se burla de los clichés del género de una manera brillante.
Una mujer intenta superar sus demonios internos en esta encantadora comedia. Céline Devaux presenta un estilo visual intrigante y anárquico, acompañado de un sentido de la malicia que resulta irresistible.
Es un film lento que confía en que la tensión que va creciendo mantenga a la audiencia enganchada, incluso si su protagonista es inexpresivo y distante. Al final recompensa
Hay cierto ingenio salvaje y a veces surrealista en esta historia anárquica de violencia y venganza; es un debut atractivo. Podría convertirse en una obra de culto.
La falta de originalidad en la premisa se ve acompañada por un guion que toma libertades narrativas para mantener la tensión junto a los elementos grotescos.