Sandy Wexler deambula sin un propósito definido. A pesar de su mensaje de aceptación y tolerancia, resulta complicado abrazar su inesperado aspecto encantador, ya que su carácter se siente agotador e insistentemente confuso.
Es una película que destaca por su enfoque profundo y perceptivo, adentrándose con firmeza en el canon. Aunque cuenta con un guion sólido, su fuerte mensaje político puede llevar a momentos en los que la película pierda un poco su conexión humana.