Poster de El día que murió el silencio

Críticas El día que murió el silencio (1998)

La trama se sitúa en el olvidado pueblo de Villaserena. La llegada de Abelardo (Darío Grandinetti), quien instala una radio rudimentaria alimentada por un generador, desata los secretos que habían permanecido en silencio, transformando el lugar en un caos. Celina, la ex esposa del hombre más acaudalado, y Gastón, un destacado actor, deciden huir, dejando a su joven hija Celeste atrapada. Se establece un triángulo amoroso entre Celeste, Abelardo y el campesino José, narrado por Oscar, un peculiar personaje que entrelaza fantasía y realidad.

M. Torreiro Fotogramas

Grandinetti (casi imposible encontrar hoy en el cine latinoamericano una voz como la suya) salva del naufragio; cuando entra en escena comienza otra película más interesante.

Omar Khan Cinemanía

Aunque algo obvia, esta metáfora sobre la vampirización de los medios y los peligros del progreso tiene a su favor su fluida narrativa, el buen oficio de Grandinetti y su gesto poético.

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