La película presenta una visión de la pornografía que parece salida de la imaginación de Disney. Lamentablemente, la actuación de Elisha Cuthbert como una supuesta estrella porno es poco convincente. El guión tampoco colabora, ya que se enreda en una trama complicada de la cual parece no poder salir.
Tapia se siente seguro en el lado más sutil de la historia, el de las relaciones paterno-filiales. Sin embargo, esa seguridad se desmorona cuando, con evidente torpeza, se aproxima a los mafiosos.
Cibercomedia británica con ciberideas absurdas. Aunque pueda parecer una tontería, resulta ser mucho más entretenida y divertida que "American Pie", "10 razones para odiarte", "Crueles intenciones" y otras comedias estadounidenses similares.
Metáfora bonita la del debut de Gas a la que le falla, sin embargo, el ritmo. El interés a ratos se desamaya, pese a la elegancia y el buen gusto que respira la película.
Suspense y ritmo trepidante. Cualquier parecido con "El vigilante nocturno", también de Ole Bornedal, no es mera coincidencia: ha "repetido" su película en USA.