La sed de venganza, tanto en el cine como en la vida real, implica casi por obligación la deshumanización del objetivo que se persigue. Si aquí todo se tiene que entender como una broma, lo cierto es que no tiene ninguna gracia.
Hay algo deshonesto en este personaje, algo falso sobre las fronteras que rodean su sadismo y su ira. 'Deadpool 2' ofrece vulgaridades y transgresión, pero en realidad no toma riesgos creativos.
Los Coen se deleitan con la mecánica narrativa y cinematográfica y se aseguran de que el arte, elevado o popular, forme parte de la experiencia de sus personajes.
Una comedia de robos pícara e irregular. Comparada con 'O Brother' y 'The Man Who Wasn't There', es sin duda inferior, tal vez intencionadamente. Aun así, en momentos puntuales, resulta deliciosa.
Honra esta colaboración relatando cuidadosamente sus detalles y defendiendo su importancia. Las películas de Truffaut y Godard se sostienen o caen por sí mismas, pero juntas hicieron historia.
Dentro de la belleza de un romántico y a veces misterioso 'affair', he aprendido a valorar tanto la claridad como el enigma de esta película, que invita a sumergirse en un mundo donde lo simple se entrelaza con lo extraño.
Sus conceptos sexuales resultan bastante forzados, al igual que la trama. Sin embargo, el toque absurdo y ligeramente anacrónico de la premisa brinda a los actores la oportunidad de ofrecer una actuación excepcional.
Lo que le falta, por encima de todo, es ese entusiasmo salvaje y palpable que ha impulsado a muchas de las otras aventuras juveniles del Sr. Spielberg, desde 'E.T. the Extra-Terrestrial' a 'The Adventures of Tintin'.