Con algunas primeras secuencias prometedoras, la trama no tarda en caer en monótonas reiteraciones que alargan el relato que va perdiendo interés, pese al esfuerzo de su realizador por insertarse en lo más profundo del alma de su personaje.
Los directores Matías Tapia y Carlos Piwowarski lograron, con las correctas interpretaciones de Sofía Bertolotto, Coral Cabaglio y Azul Fernández, armar una entretenida historia de suspenso.
Historia que si por momentos abusa de las escenas más escalofriantes no por ello deja de radiografiar un pequeño mundo en el que los vicios, la maldad y la humillación juegan su gran partida.
Nada aquí resulta especialmente innovador, y en ocasiones se vuelve complicado entender el rompecabezas que intenta presentar un guión repetitivo y poco convincente.
Hacía tiempo que no veíamos en el cine argentino un guion tan bien estructurado. Esta película aborda de manera directa y sincera temas como nuestra soledad, tristezas y alegrías.
Posiblemente nada haya de nuevo en la temática de esta segunda parte, sin embargo esta segunda parte de Los indestructibles, posee todo el carisma para que los amantes del género no salgan decepcionados de la sala.
Fallida intriga policial en España. La narrativa oscila entre el presente y el pasado de forma molesta, lo que produce una serie de explicaciones redundantes y confusas.
El director Frank Pérez Garland retrató con vigor y suspenso este thriller que pinta las andanzas de sus protagonistas, con buenos trabajos de Stefano Salvini y Osmar Núñez, hasta llegar a un tenso e inesperado final.
El director Guillermo Grillo ha logrado dotar a esta historia de una gran solidez que, sin buscar laureles, se adentra en los caminos más entretenidos.
El film emprende situaciones fantásticas que buscan ser humorísticas utilizando gags clásicos. Sin embargo, el director intenta aportar gracia a los disparates, pero el resultado es en su mayoría torpe y monótono.
El director Pablo Solarz utiliza trazos cálidos para contar una historia conmovedora. En este entrañable film, Miguel Ángel Solá logra dar a su personaje un aire seductor y realista, evitando caer en el melodrama.
Dominic Sena, con un guión que combina tensión y dramatismo, logró crear un film que, a pesar de ser parte del género thriller, mantiene al espectador entretenido.
Una alocada parodia futbolera en forma de western con referencias bíblicas en la que la lucha entre el bien y el mal se traslada a la cancha de juego. Una comedia bien llevada.
Entretenido y cautivante, el film cumple su cometido de espiar la cotidianidad de un equipo de fútbol y de mostrar aquello que no se ve, el misterio que se oculta en el vestuario.
Ver este film es una oportunidad para reflexionar sobre el pasado y entender el presente de un deporte que, más allá de su faceta violenta, ha generado grandes emociones en miles de hombres y mujeres dispuestos a apoyar a sus equipos con pasión y dedicación.
Chávez, con una narrativa centrada en los recuerdos y la nostalgia, aporta la madurez esencial a esta obra que, en esencia, retrata una profunda fascinación.