El director transforma una intriga que inicialmente parecía sencilla en un emocionante cine político que invita a una profunda y compleja reflexión ética.
Magnífico. El tono naturalista y pausado, sin excesos, permite conocer en profundidad a los protagonistas. Los actores, aparentemente ocasionales, están a la altura de esta modesta pero ambiciosa propuesta.
La película aborda de manera directa y entusiasta el problema del acoso escolar. Sin embargo, los personajes carecen de profundidad y el desarrollo dramático resulta monótono y predecible, sin dejar espacio para la sorpresa o la incertidumbre.
El director captura hábilmente la atención del espectador. Lo más destacable es la credibilidad de los personajes, así como la belleza de algunas de las pequeñas historias que hacen que el relato resulte cercano y emocionante.
Buenas interpretaciones y voluntarioso ejercicio de corrección narrativa como soporte de esta letra pequeña de la historia que se erige en elocuente retrato de una época siniestra.
Comedia irónica, al borde de lo dramático, paradójicamente vitalista. Encuentra un estupendo equilibrio entre la ligereza del tono y la profundidad de su sentida reflexión, sustentada sobre una puesta en escena sobria y eficaz.
Un relato intenso, perturbador, por momentos agobiante, concentrado en la angustia de esta mujer que, junto al espectador, intenta comprender sus enigmáticas sensaciones.
El cineasta debutante demuestra un notable talento al lograr que sus intérpretes se conecten profundamente con el paisaje, vinculando su evolución con las estaciones del año.
Una comedia amable y agridulce que destaca por el complicado carácter de una niña gruñona, interpretada con asombrosa convicción por Léna Magnien, quien también demuestra su talento para cantar.
Bienintencionada parábola. El conjunto carece de carnalidad y los personajes responden más a ideas de indiscutible altura moral que a auténticos hallazgos narrativos.
Ariane Ascaride imbuye a su personaje con una energía y autenticidad destacables. Se observa un contraste entre los momentos de intensa emoción y algunos elementos que resultan evidentemente cliché.
La película presenta la perspectiva de las personas del sur, pero su estilo narrativo y la calidad formal reminiscentes del cine norteamericano facilitan la asimilación de una realidad dura y perturbadora.
Un espectáculo trasnochado. De los números musicales, solo el primero resulta medianamente convincente. Es un conglomerado amorfo, lleno de tópicos, entrecortado y antiguo, con una torpeza narrativa que realmente desmotiva.
Es complicado hallar elementos narrativos o visuales en este traslado generacional. Lo más destacable es el comprometido trabajo y la profesionalidad de unos actores que luchan por dar profundidad a la superficialidad de sus personajes.
Una puesta en escena sobresaliente, con momentos de gran brillantez, pero en ocasiones al servicio de un tono pretencioso. Los personajes se sienten más literarios que auténticos o identificables.
Apasionada historia que se enturbia a medida que avanza, presentando desequilibrios narrativos en la resolución mecánica de la intriga. Lo mejor son las actuaciones de los dos jóvenes actores protagonistas.