Comedia simpática y funcional que, aunque intrascendente, logra proporcionar un rato agradable. No dejará una huella perdurable, pero se presenta como un ligero y entretenido divertimento.
Alejada del típico musical que arrasa en Broadway, esta obra se enfoca en la intensa fuerza dramática de sus impresionantes canciones y en el talento excepcional de sus dos protagonistas.
Canet presenta una interpretación distorsionada y autoparódica de sí mismo y su relación con Marion Cotillard, novedosa dentro del subgénero que exploran Seinfeld, Louie y Farray.
El guión es sencillo pero mordaz, acompañado de interpretaciones sobresalientes de los actores argentinos. La película logra arrancar sonrisas, aunque la impresión que deja es la de una obra liviana, una experiencia agradable sin grandes pretensiones.