'Unidos' está varios escalones por debajo de otras gemas de Pixar. Esto no impide que pueda disfrutarse, entretener, y que por 100 minutos los espectadores vuelvan a creer que la magia existe.
Más allá del prodigio técnico del filme, el arma más poderosa con que cuenta el metraje es apelar a la memoria emotiva de los espectadores que revivirán las sensaciones de un filme que marcó a toda una generación en los noventa.
Cierto tono naif convierte a la película en un entretenimiento perfecto para los más pequeños. Sin embargo, los guiños a la cultura ibérica y algunos chistes físicos bien logrados asegurarán que los adultos también disfruten de esta emocionante aventura animada.
Sin ser súper original, la película logra emocionar y entretener, un homenaje a los personajes de la primera entrega y a la vez un cierre para una trilogía de alto octanaje.
Kong nunca había sido tan imponente ni tan realista como en esta película. El director revela su grandeza casi desde el comienzo, y la historia es tan cautivadora e intensa que no requiere de artimañas ni giros inesperados para impactar.
No busquen en el filme grandes moralejas ni dobles discursos, aunque hay un claro alegato al poder de la amistad. Se trata de un largometraje destinado a entretener, divertir y hacernos sentir niños, al menos durante una hora y media.
La falta de interés del director por ofrecer una narración coherente nos lleva a concluir que este es un filme diseñado únicamente para satisfacer las expectativas de ingresos del estudio. Esta entrega va más allá de los límites de la excentricidad y la megalomanía de su creador.
Seguramente los niños muy pequeños podrán disfrutar del filme; los colores y la simplicidad de los rasgos lo convierten en una película amigable para los más pequeños. Sin embargo, los adultos extrañarán las bromas, gags y diálogos típicos de otras películas animadas que suelen captar la atención del público adulto.
Gareth Edwards dirige con buen pulso un metraje en el que abunda la intriga, la aventura, la acción y los momentos de humor y drama. Cine clásico de género, hecho y derecho.
Es en definitiva una versión moderna, entretenida y lograda de un héroe humano, sin superpoderes pero muy carismático. El Tarzán justo para las nuevas generaciones de espectadores.
J.J. Abrams crea una película dinámica y contemporánea, con una estructura dramática que evoca la primera entrega de la saga, la icónica 'Star Wars' de George Lucas.
Un guión clásico de viaje iniciático, y la original variación de poner al personaje humano como mascota y al animal como el ser pensante, son los puntos fuertes de esta cinta animada visualmente impactante.
La sensibilidad del filme lo aleja del clásico tono acartonado del cine denuncia, a la vez que lo transforma en una muestra real de “la cultura del silencio” y del costado más oscuro, repudiable y sucio del mundo de los medios.
Sin sensiblería y sin caer en el melodrama, la película muestra una historia que puede ser apreciada por la familia. Realista, es un filme que funciona como una caricia para el alma.