Hay en este film algo de drama, el necesario para espolear la acción y motivar a sus personajes, pero pronto se imponen la luminosidad y, sobre todo, unos diálogos bien engrasados, creíbles y divertidos.
Sorprende por su trasgresor planteamiento, nada cómodo ni tolerado para todos los públicos, y por su retrato de la locura, la dependencia y de lo cerca que puede llega a estar el amor del odio.
Destaca por su creativa puesta en escena y por su denuncia de pretéritos abusos clasistas. Un formidable trabajo de iluminación, ambientación y vestuario, absolutamente supeditado a crear una atmósfera de pesadilla.
Ágil y divertida, lúdica y satírica, reconstruye con mucha libertad y sobrado humor momentos históricos del siglo pasado en Noruega empleando elementos narrativos modernos.
Su escena final es bella, emocionante e incluso poética. 'Disfrutable' es la palabra que mejor describe este regreso a la dirección de uno de los guionistas más incansables del cine español.
Brechner consigue que la audiencia experimente el descenso a los confines de la inhumanidad de los prisioneros sin perder la esperanza o la confianza en la libertad y la vida.
Félix Viscarret retrata con humor inteligente la crisis de los cuarenta, la evanescencia del éxito profesional, la amistad masculina inmadura y la paternidad moderna.
Impresionante. Así es el trabajo de Luis Zahera en 'Pájaros'. Su actuación eleva esta road movie, ambientada en hermosos escenarios de España, Italia y Rumanía, a un nivel de sensibilidad difícil de alcanzar en una tragicomedia.
Una estimulante sorpresa camuflada bajo la apariencia de documental televisivo que nos acerca a una artista cautivadora que cuenta emocionantes historias con imágenes.
Las contradicciones, dobleces y paradojas del oficio de actuar y de la fama constituyen la corriente subterránea más inquietante de Me cuesta hablar de mí, trabajo asentado sobre el respeto y la admiración.
Con este film híbrido, rebosante de cariño, osadía e imaginación, Helena de Llanos se sumerge en esa república de las maravillas que crearon Fernando Fernán Gómez y Emma Cohen en su casa madrileña.
Los Javis han desperdiciado ingenuamente el potencial transgresor, crítico y revolucionario de un personaje excelente y único. Lo han mitificado con una beatitud que lo relega a un segundo plano.
Un documental divertido y bastante entretenido. Una delicia tanto para aquellos que ya estaban familiarizados con este artista incomparable, impetuoso y eternamente insatisfecho, como para los que nunca han oído de él.