La visión clásica del pequeño vagabundo que accidentalmente tropieza con la carpa del circo y se convierte en su principal atracción resulta siempre entretenida.
Una maravillosa comedia romántica que captura la esencia del amor y la risa. Los personajes son entrañables y la química entre ellos es palpable, lo que hace que cada escena sea disfrutable. Es un filme que, sin duda, deja una impresión positiva en el espectador.
El efecto resulta en ocasiones desconcertante, aunque siempre cautivador. Al final se entrelaza con una percepción única que confronta y acoge la locura.
Una película de acción feroz que destaca por su intensidad y emocionantes secuencias. Es grandiosa en su ejecución, ofreciendo una experiencia cinematográfica envolvente y entretenida.
A medida que los simios se acercan y los mutantes chillan, resulta complicado sentir empatía por alguno de los bandos en conflicto. Este aspecto termina siendo una gran decepción, considerando lo emocionante que fue la primera entrega.
David Lean logra un equilibrio efectivo al desarrollar personajes profundos gracias a un elenco talentoso, mientras que también sostiene el ritmo de esta larga película.
Neil Simon ofrece diálogos ingeniosos en su adaptación de su exitoso trabajo teatral, logrando que el aburrimiento no perturbe la singularidad de esta peculiar película.