J.J. Abrams inunda su película de ciencia-ficción con numerosos homenajes a su co-productor Steven Spielberg, lo que provoca que se asemeje a una recopilación de clásicos del veterano director, pero careciendo de sus típicos momentos de tensión y de esa esencia de asombro.
Michael Cera transforma lo socarrón en arte. Es una de las adaptaciones de cómic más vívidas y animadas desde 'Spider-Man' y, sin duda, una de las más destacadas desde 'Ghost World'.
Es tan clínicamente distante que roza el absurdo. La historia adquiere coherencia con un clímax que lleva la devoción maternal de esta mujer al extremo.
Las intersecciones entre el sueño y la vigilia, la memoria, el cine e internet llevan a una espectacular batalla de titanes que emergen de los rincones más oscuros de la mente.
Está sobrecargada de personajes y subtramas. Los actores se ven eclipsados por los increíbles efectos especiales, mejores que los de las anteriores entregas.
'The Diving Bell and the Butterfly' combina técnicas experimentales con una narrativa accesible y en ocasiones humorística. Es una obra profundamente personal que, al mismo tiempo, logra ser universal en su enfoque humanista.
Mezclando terror y comedia mientras que minimiza el gore, el escritor y director Paul Weitz ofrece una ingeniosa fantasía de aventuras con una sabrosa porción de alegría por el mal ajeno.
Escabrosa y elegante, esta película danesa de 2008 es como un cruce entre 'El cartero llama dos veces' y 'Solo ante el peligro', con un toque de thriller gótico.
Esta es la entrega más sombría de Potter hasta la fecha, y bajo la atropellada dirección de David Yates, Maggie Smith, Emma Thompson, Brendan Gleeson y David Thewlis tienen poco más que papeles secundarios.
Las cartas tienen reglas inestables y estrategias complejas que solo los verdaderos aficionados de 'Yu-Gi-Oh' podrán apreciar en esta emocionante aventura.