Es tan clínicamente distante que roza el absurdo. La historia adquiere coherencia con un clímax que lleva la devoción maternal de esta mujer al extremo.
Las intersecciones entre el sueño y la vigilia, la memoria, el cine e internet llevan a una espectacular batalla de titanes que emergen de los rincones más oscuros de la mente.
Está sobrecargada de personajes y subtramas. Los actores se ven eclipsados por los increíbles efectos especiales, mejores que los de las anteriores entregas.
Mezclando terror y comedia mientras que minimiza el gore, el escritor y director Paul Weitz ofrece una ingeniosa fantasía de aventuras con una sabrosa porción de alegría por el mal ajeno.
Escabrosa y elegante, esta película danesa de 2008 es como un cruce entre 'El cartero llama dos veces' y 'Solo ante el peligro', con un toque de thriller gótico.
John Huston y Burt Lancaster se enfrentaron en este western, donde el director buscaba resaltar el psicodrama mientras que el productor y actor requería un éxito dentro del género. Estas tensiones se manifiestan en el tono variable de la película.
La película resalta por la impactante cinematografía de Alberto Rodríguez. Aunque la directora intenta abordar temas ambiciosos, el ritmo resulta complicado y la metáfora del pintor casi ciego capturando una cultura en declive se vuelve difícil de comprender.