Es, primero que nada, una eficaz comedia sobre mujeres, una mirada íntima a la amistad femenina y sus complejos mecanismos. Pero, al acercarse a un grupo de ancianas más bien conservadoras y religiosas, es también el retrato de un mundo que sobrevive en medio de aires de progresismo.
Díaz nunca filmó mejor que ahora. Su habilidad para componer impecables escenas de acción se ve complementada por un guión repleto de peripecias (...) que conducirá al espectador por los caminos empedrados de un policial sin frenos.
La habilidad en el manejo de los tiempos asegurará la entretención, pero será también caldo de cultivo para golpes forzados y actuaciones histéricas que atentan contra la credibilidad.
En verdad está construída de lugares comunes y estereotipos que sólo existen en la ficción. Y en un cierto tipo de cine que pretende llenar salas y llegar al Oscar.
Es un viaje entretenido sin tiempos muertos, una travesía que involucra a los adultos, no con forzadas bromas de doble sentido, sino que con dosis de ingenio y personajes bien construidos.
Nunca se vuelve predecible, porque aquí todo puede pasar. Pero tantos vuelvos fantásticos amenazan el principal cometido del director, que es sacar lágrimas con una historia de amor que trasciende las fronteras temporales.
Un viaje en el que, indagando también en el dolor de los turcos, pareciera decirnos que no hay otra bandera que la del afecto por nuestros seres queridos. (...) Un debut más que aceptable.
Una película de estética sorprendente sin intenciones de esconder el artificio. Su cine no copia la realidad, sino que funciona como una dimensión paralela.
Por supuesto que se trata de un cóctel orientado al sentimentalismo, pero está bien hecho (...) una película correcta, hecha con mucho oficio y adornada con mensajes de esperanza.
Más allá de sus méritos, el director Morten Tyldum parece empeñado en crear una de esas películas diseñadas para los premios Óscar. Este biopic sigue una fórmula predecible, donde cada elemento está meticulosamente calculado, especialmente un remate final que concentra todo el peso emocional.
Dentro de los inconvenientes de la representación, también se encuentra un didactismo al que Littin recurre para contextualizar la tragedia. Aunque esto puede ser útil, también promueve una sensación de artificialidad, como se observa con la lectura de prensa internacional al inicio de la película.
Trapero filma con maestría. Demora diez minutos en sumergirnos con habilidad en su tragedia. Aunque ahora esté en ligas mayores, Trapero sigue hablando de crisis financieras, sobrevivencias y métodos de escape.
Los logros a la hora de plasmar las sombrías imágenes de la literatura de Poe se ven amenazados por la caracterización del escritor, presentado aquí como un tipo socarrón.
Esta película se asemeja más al estilo rígido de 'El juego del miedo' que a la creatividad y dirección visual característica de Darío Argento. Sin embargo, tal vez no debamos ser tan severos en nuestras expectativas.
No es un estudio de personajes ni una película centrada en la crisis financiera, ni tampoco una historia de amor. Se presenta como un conjunto de elementos que abarca aspectos de cada uno de estos temas, todo dentro de un envoltorio dramático que recicla los mismos clichés que se pueden encontrar en películas como 'Striptease'.