Como retrospectiva para los fans, da en el clavo muchas veces; como oportunidad para indagar en una figura complicada y todavía influyente, no profundiza lo suficiente.
Hermosamente grabada y editada, 'Pope Francis' presenta al líder espiritual de una manera que un equipo de cine puede lograr. La producción logra capturar la esencia de su figura y transmitir su mensaje de manera impactante.
La película podría ser interesante para los públicos europeos y latinoamericanos, sin embargo, se presenta como una obra caótica y superficial que no logra desentrañar el enigma de su personaje principal ni logra unificar sus elementos de manera coherente.
La película se desarrolla de manera sorprendente, apoyada en las excelentes interpretaciones de George Clooney y Julia Roberts, una dosis de humor inteligente y la efectiva dirección de Foster.
El resultado ofrece momentos de diversión ocasional, destacando varios gags visuales que logran hacer reír. Los personajes secundarios interpretados por Alan Arkin y Kevin Hart son un punto a favor que agradará al público. Sin embargo, la trama es tan predecible que acaba por desmerecer su propio objetivo.
La secuela de la parodia de Marlon Wayans es tan inepta y pueril como su predecesora, pero que nadie diga que su guionista y protagonista no hace todo lo que puede.
Un trabajo absolutamente funcional que añade suficientes elementos excéntricos como para animar lo que es básicamente un recauchutado de la fórmula original.
La película presenta un retrato efectivo, aunque algo esquemático, de las innumerables fisuras y grietas del sistema legal que pueden afectar a una persona inocente.
Esta comedia revoltosa y entrañable anuncia a Wells como un talento detrás de la cámara al que merece la pena seguir. La energía cómica de la película nunca decrece.
Una historia de supervivencia discretamente conmovedora. Aunque el enfoque naturalista puede desafiar a quienes buscan una experiencia más visceral, este estilo permite que afloren los ritmos del instinto y la lucha por la supervivencia.
El debut de Curran es elegante y desafiante, pero resulta inevitablemente inescrutable. A pesar de su calidad, no alcanza a estar a la altura del excelente reparto que lo acompaña.
'Like Crazy' es una joya exquisita, hermosamente interpretada, que debería servir de preludio de cosas más grandes para las estrellas Felicity Jones y Anton Yelchin.
La clave del éxito de esta farsa posmoderna sangrienta, vertiginosa y sutilmente perturbadora es su desinterés general por señalar las referencias, adoptando su estilo de su pareja principal.
Esta secuela es mejor que su predecesora de 2016, siendo más aguda, más vulgar, más coherente en su narrativa y en general, más divertida. Además, incluye algunas nuevas incorporaciones que son muy bienvenidas.