Planteamiento social contado de manera diferente sin afán aleccionador que cuenta con dos estupendas interpretaciones que componen un complejo y emocionante tándem paterno-filial.
Lástima que se apueste por una 'road-movie' articulada a través de un buen número de clichés, lo que impide que adquieran el peso que merecen un puñado de personajes bien construidos y mejor interpretados.
En el seno de esta fábula cruda y bienintencionada se manifiesta un espíritu incorruptible, representado por un cineasta símbolo de la resistencia autoral. Es una película emocionante y humilde.
El director se muestra más inspirado que nunca a la hora de conjugar narración e imagen. Vortex está repleta de ideas brillantes, es una película viva a pesar de hablar de la muerte.
Tan extravagante como simpática, esta fábula urbana derrocha vitalidad y logra que su espíritu conciliador nunca se vuelva empalagoso, sino que se siente impregnado de una frescura muy saludable.
Película realizada con orgullo por mujeres, que logran transformar el viaje de la protagonista en una fábula sobre la solidaridad. El resultado es tan crudo como la vida misma, pero también emana un sentido de libertad.
Lástima que se intenten abarcar demasiadas cosas en esas conversaciones de desahogo y que los diálogos resulten un tanto impostados, algo contra lo que deben luchar sus tres estupendas actrices.
Su carácter naíf a veces resulta entrañable. Sin embargo, el conjunto se siente superficial, tanto en su representación de la enfermedad como en su enfoque sobre el empoderamiento femenino.
A Dani de la Orden le falta pulir su tendencia al subrayado y modular la intensidad impostada. Sin embargo, en Litus logra acercarse más a la historia que quiere contar, y eso se refleja claramente en el resultado.
Una película clásica, bien narrada, pero demasiado convencional a la hora de contar la historia del personaje a través de una explicativa voz 'en off'.
Un acertado retrato íntimo sobre la necesidad de tomar decisiones. Lástima que varios diálogos resulten artificiales y repetitivos, aunque los actores logran sortear este obstáculo.
Deliciosa fábula. El director alcanza con esta nueva obra su maestría; su cine es cada vez más complejo y sus imágenes desprenden mayores niveles de emoción, poesía y sentido de la aventura.
Es una película que llora por dentro, pero reconcilia por fuera. Dos actores en estado de gracia. Estamos quizás ante la película española del año, de esas que perduran.
Una colorimetría arrolladora late la iconoclastia, el riesgo, la inventiva y se convierte en un festival de hallazgos en el que la capacidad evocadora se da la mano con la incomodidad expresiva.
Un estimulante cóctel de emociones. Ofrece una trama refinada de atracos junto a personajes creativos. Se mezcla el humor con una acción incesante, añadiendo un matiz atrevido y un enfoque despreocupado hacia la moralidad.
Es reposada. El director disfruta componiendo una película contemplativa. Se aprecia su sensibilidad al mostrar el entorno, así como su sencillez y delicadeza.