Una película 100 por cien Coixet. Todo épico pero a la vez minimalista, tan excesivo y arrebatado como, en el fondo de su ser, sorprendentemente austero y humilde.
Al final, queda el ruido, las imágenes, y la necesidad de impactar a través de ellas, de trascender, pero no hay más. Se presenta un ejercicio de narcisismo superlativo, tan vacío como irritante y amorfo.
Jolie demuestra valentía al crear una película "más grande que la vida", combinando un espectáculo impresionante, una épica hollywoodiense clásica y una dosis significativa de sentimiento.
Un relato tan virtuoso como emocionante que fluye de manera orgánica ante nuestros ojos, evidenciando la sabiduría e inteligencia de un director experto en el uso de las herramientas del lenguaje.
Bebjak nos adentra en este espacio infernal, logrando crear imágenes de gran impacto. Se presenta como un documento histórico impecable y una destacada pieza cinematográfica.
Por fortuna, se aleja de su predecesora de 2014 para recuperar la imaginería siniestra de la saga de 'Expediente Warren'. El director sabe sacar partido a cada elemento de manera tan macabra como juguetona.
Cumple perfectamente varios de los requisitos que pueden satisfacer a quienes buscan un producto de este tipo. Es digna en su academicismo y ofrece un entretenimiento cultural notable.
Frenética y absorbente, esta película se presenta como una obra casi inabarcable tanto en lo visual como en lo narrativo, donde el cineasta demuestra que estamos ante su trabajo más trascendental.
El aroma melancólico de Trueba se siente más presente que nunca. Entre risas y llantos, transcurre una película que, de alguna manera, se convierte en víctima de su propia esencia.
Impecable ejercicio de cine negro y de espionaje. Consigue acercarnos de manera muy precisa a los vericuetos y contradicciones de un momento histórico todavía oscuro.
Lo que desarma por completo es su capacidad para sentir y experimentar un nudo en las entrañas que desgarra, agita y remueve, así como su maestría y rigor a la hora de conjugar forma y fondo.
Para los aficionados de la serie B española, el documental será un impulso de nostalgia, mientras que para los neófitos representa la oportunidad de explorar un submundo fascinante y políticamente incorrecto.
Es mucho más que un biopic. Se trata de una incisiva y crítica exploración de la clase política, desentrañando la trastienda del poder y revelando su hipocresía, frivolidad e interés personal. Esta película se convierte en una auténtica herramienta de denuncia.
Melfi adopta un tono un tanto simplista. La historia merecía distanciarse de las convenciones de los biopics más convencionales y atreverse a romper con esas normas.
Película casi artesanal que sabe cómo sacar provecho a los mínimos recursos con los que cuenta para crear una atmósfera especial. Es una obra cinematográfica muy cinéfila y nostálgica. Aunque es pequeña, resulta entrañable.
Una suntuosa y barroca película con espíritu gamberro en la que cada secuencia se coreografía alrededor de una espiral de exceso en la que suena una mixtape arrolladora.