Un film que lleva su fatigado nihilismo con sorprendente ligereza. McDormand es una absoluta fuerza de la naturaleza. Woody Harrelson aporta una ternura abatida. Rockwell brilla.
Un retrato impresionante. Lleva los hechos y la ficción hasta un punto en el que uno duda sobre qué está escrito y qué es, a falta de una palabra mejor, real.
Una experiencia cinematográfica impresionante. Una y otra vez, los cineastas logran captar la majestuosidad y la melancolía de la naturaleza, y la gloriosa banalidad de las vidas humanas que circulan por ella.
Con una trama escasa, que estira tanto como es posible, está lejos de ser perfecta, pero se beneficia de la impresionante interpretación principal de Pierfrancesco Favino.
Una obra benigna, sin dientes, agradablemente llamativa que se niega a tratar temas más espinosos. La película se llama 'Victoria & Abdul' pero sólo está a la altura de una mitad de su título.
'Spoor' se mantiene ingeniosa durante todo el metraje, incluso rompiendo los momentos más tensos con las apreciaciones ácidas de la protagonista sobre los cazadores locales y su 'autismo relacionado con su testosterona'. La actriz protagonista Mandat hace una interpretación totalmente comprometida.
Llega un momento - digamos entre los minutos 45 y 145 - donde uno simplemente quiere sentarse frente a estos personajes y explicarles que tiene que suceder algo más.
Es como un paseo más allá del tiempo, recreando el aspecto y la sensación diáfana del cine de los 70 y la robusta elegancia del John Ford de mitad de siglo.
Con 'Neruda,' Pablo Larraín busca crear una antibiografía, pero no logra concretarlo. Sin embargo, no hay que perder la esperanza. En lugar de arruinar el género, ha conseguido realizar una película impactante.
El nivel de control formal del cineasta es ejemplar y preciso, y su actriz principal está dispuesta a todo. Sólo que no se puede evitar la sensación de que todo ello va en contra del mensaje aparente de la película.
El film se vuelve algo inestable cuando deja que su propia voz hable. Innegablemente entretenida, 'Suburbicon' tropieza cuando intenta innovar al reciclar antiguos ingredientes que ya han demostrado funcionar.
Es de alguna manera más y menos que una simple película de terror, y no del todo un romance ramplón. El resultado final es inestable, demasiado inestable para sostenerse, pero el intento, literalmente, requiere agallas.