Lo que podría haber sido una fábula cautivadora, aunque sencilla, acaba siendo extrañamente inánime. Lo más sorprendente de las últimas películas de Eastwood es su ineficaz narrativa.
La comedia de tiros de Ben Wheatley parece lanzar balas de fogueo, como una broma estruendosa al estilo Tarantino. Sin embargo, no logra captar realmente la atención del espectador.
Un drama directo y sin florituras que provoca un innegable efecto conmovedor. Su epílogo nos recuerda que el valiente y significativo trabajo de Stevenson aún no ha concluido.
La autenticidad con la que se presentan los sucesos eleva a 'The Front Runner' por encima de su revolucionaria disposición. Todo se expone de forma verídica y elegante.
Lo que France refleja adecuadamente es el impacto que Johnson tuvo en la comunidad. La película está repleta de testimonios sobre su energía y su decisión de no rendirse.
La adaptación de la sátira de John Niven sufre de un protagonista mal escogido. La dificultad de la comedia negra radica en evitar el exceso, y 'Kill Your Friends' es un claro ejemplo de esto.
Para muchos, la emoción de ver a Michael Myers recorriendo las calles de Haddonfield será suficiente para pasar por alto los múltiples errores de la película.
Otro relleno de categoría barato y mal hecho, del tipo que hace que quieras reconsiderar cuántas suscripciones de streaming estás pagando, un recordatorio triste y plasticoso de lo que tantas películas parecen ahora.