El actor ofrece una interpretación sólida de un individuo ansioso por mejorar su posición social en este drama complejo, que se destaca más como un análisis profundo de un personaje con fallas.
Sarnoski es un director visual talentoso que ha montado un debut prometedor, pero imperfecto. 'Pig' es tan tranquila como Cage, lo que puede ser tanto una ventaja como una desventaja; a veces es demasiado pausada para destacar realmente, aunque también resulta conmovedora.
En su primer trabajo detrás de las cámaras, Penny utiliza ciertos elementos convencionales mientras intenta añadir algo innovador a una fórmula que ha demostrado ser efectiva, aunque termina quedándose a medio camino en su intento.
Las preguntas escalofriantemente no respondidas de la historia reciben las respuestas más obvias imaginables y se deja la empatía descuidadamente a un lado, junto con la lógica y el interés.
Un grupo de amigos mueren uno tras otro cuando un juego en una fiesta se torna desastrozo. Es un slasher bien interpretado y con toques de humor, que además cuenta con un giro de guion notable, aunque resulta frustrante en ciertos momentos.
No tiene suficiente humor ni encanto para justificar su existencia. Está anclada en el pasado. Es una franquicia muerta que no muestra signos de resurgir.
La elección de la protagonista es uno de los múltiples problemas que afectan este intento chirriante y poco entretenido de recuperar la esencia de películas como 'Nunca me han besado' y 'Chicas malas'.
Una secuela admirablemente alegre, pero totalmente desechable. Serkis y Kelly Marcel logran conservar la ligereza y la antigua noción de lo atractivo de la primera película, pero pierden casi todo lo demás.
Johnson, un fan declarado de las historias de misterio, ha logrado crear una historia contemporánea de misterio que respeta y actualiza el género. En otras palabras: con 'Knives Out', la ha 'clavado'.
[Crítica 3ª temporada]: La nueva serie de Charlie Brooker sigue siendo una fascinante exploración de lo siniestro. Brooker nos transporta a escenarios sorprendentes y emocionantes que dejan huella.
Sydney Sweeney y Glen Powell ofrecen una pareja atractiva, aunque poco creíble, en una comedia romántica que brilla en su presentación, pero carece de verdadero encanto.