Aunque es larga, hace un trabajo admirable al trazar el ascenso y la caída creativa, corporativa y cultural de los Beanie Babies y examina en profundidad a sus cuatro personajes principales.
El guion de Chris Thomas Devlin cuenta con una variedad de ideas inquietantes e ingeniosas que logran que los aterradores eventos se sientan frescos e inmersivos.
Resuena con autenticidad, con suficientes detalles convincentes y excéntricos para distinguirla del recorrido genérico de los dramas sobre parientes moribundos.
Los personajes presentan dilemas creíbles, la trama explora el drama existencial, la comedia es peculiar y la acción es apocalíptica, todo esto se combina de manera excepcional, superando cualquier otra serie de Disney+ hasta ahora.
Steven Zaillian logra algo que pocos han conseguido en una película sobre Ripley. Introduce a Tom, y a nosotros junto a él, en un universo repleto de opulencia y esplendor, un entorno por el cual se arriesgaría a hacer lo que sea.
Son esencialmente relatos con lecciones morales que combinan humor y elementos gore de manera efectiva. Esta es una base sólida para las mejores narraciones de fantasmas.