Esta divertida aventura bajo el sol de Australia sirve de escaparate para Sydney Sweeney y Glen Powell, que cumplen amablemente con las exigencias de la película, incluso si el guion solo sigue su ejemplo ocasionalmente.
'Civil War' genera una intensa respuesta emocional, pero su mensaje político resulta confuso. Lo que el director presenta no es tanto una crítica política o una advertencia, sino más bien una película de terror.
Esta última entrega supera las expectativas, honrando a sus orígenes, al tiempo que construye una aventura vigorosa e incluso reflexiva en torno a un concepto muy centrado en los simios.
Una adaptación dulcemente conmovedora del best seller que explora la búsqueda de la humanidad y la conexión incluso en las circunstancias más extrañas dentro de un régimen autoritario.
Lo más destacado de la serie no son tanto los detalles específicos, sino más bien el ambiente y la atmósfera que logra transmitir a lo largo de sus episodios.
Visualmente deslumbrante y considerablemente más oscura que las adaptaciones anteriores, la historia resulta un poco inconexa, lo que resultará menos accesible a los que no conozcan a fondo todos los rincones del mundo de la autora JK Rowling
En teoría, el streaming es el espacio perfecto para explorar conceptos menos convencionales y arriesgarse creativamente. No obstante, en su esencia, parece insuficiente para tales estándares, generando un 'Eco' que apenas deja algo significativo tras su paso.
Podía parecer un experimento interesante, y en cierto modo lo es, pero la ejecución no parece tanto una película completa como un prólogo extendido de una película futura.
Está a la altura de las grandes expectativas generadas, ofreciendo ese tipo de disfrute sin concesiones ante la pantalla grande del que los cines tenían hambre.
La segunda temporada parece haber perdido fuerza en comparación con la primera. Hay demasiadas digresiones en la trama, y los instantes más impactantes surgen de escenas breves.
'Iron Man 2' enfrenta el mismo destino que muchas secuelas. La primera entrega era vibrante y a veces inspiradora, mientras que esta continuación se siente más mecánica y forzada en su desarrollo.
La serie se siente como una versión muy débil de 'Grey’s Anatomy', presentando a un médico que se preocupa intensamente por sus pacientes, ignorando a sus colegas y superiores, mientras se mueve y habla a gran velocidad.
Mosley y Daniels aportan su ingenio a los personajes principales, haciendo que la serie sea notablemente amena al abordar los aspectos más sombríos de su profesión.