'África' parece sentirse como víctima de haber estado presente en esos momentos. A pesar de contar con escenas impresionantes, no logra ser tan memorable como otros proyectos recientes centrados en la naturaleza.
El dolor permanente de África es apropiado para el drama, pero 'Diamante de Sangre' es, finalmente, una metáfora que se ajusta a las gemas: potencialmente brillantes desde la distancia pero, en una inspección más cercana, es probable que veas los defectos.
Es evidente que hay algo de talento en este trabajo, pero no mucho en la forma de estirarlo, y la energía inicial y la pura tontería no genera suficientes risas.
Si bien hay un arco serializado en la narración, después de cuatro episodios todavía es complicado discernir cuál es el gancho principal de la historia.
La espléndida producción del director Ridley Scott no es del todo satisfactoria, a veces avanza sin rumbo fijo antes de saltar repentinamente a un plano dramático más intenso.
Demostrando que incluso las cosas malas necesitan un final, la franquicia 'Sharknado' finalmente se despide con su sexta entrega. La acción, de hecho, resulta aún más rudimentaria que en anteriores ocasiones.
Una mejora modesta respecto a las películas anteriores que, reconocidamente, agotaron toda ingenuidad con sus subtítulos descarados, pero no hay ningún esqueleto narrativo real aquí, sólo cartílago blando.
Bonita de manera florida, poco original pero sin vergüenza y con un toque cómico irreverente y sofisticado gracias al ejercicio vocal de Robin Williams.