Demostrando que incluso las cosas malas necesitan un final, la franquicia 'Sharknado' finalmente se despide con su sexta entrega. La acción, de hecho, resulta aún más rudimentaria que en anteriores ocasiones.
Una mejora modesta respecto a las películas anteriores que, reconocidamente, agotaron toda ingenuidad con sus subtítulos descarados, pero no hay ningún esqueleto narrativo real aquí, sólo cartílago blando.
Una película muy divertida que cuenta con protagonistas con mucho encanto y unas canciones genialmente coreografiadas. No ofrece nada nuevo, pero teniendo en cuenta la cantidad de remakes actuales, hace un buen trabajo.
Bonita de manera florida, poco original pero sin vergüenza y con un toque cómico irreverente y sofisticado gracias al ejercicio vocal de Robin Williams.
Una serie llena de triángulos románticos, hambre y empeño, y donde a guapos camareros se les requiere para atender las necesidades de la alta sociedad rica.
Más allá de los detalles de su sexualidad, 'Colette' se presenta como un destacado vehículo para el talento de Knightley. A su vez, revela una historia que aborda temas de misoginia, patriarcado y feminismo.