Es tentador pensar que se disfruta más al desconectar el intelecto, y creo que se podría haber creado una versión más impactante con diálogos más claros y una atmósfera de claustrofobia más intensa.
Morano muestra inseguridad en la dirección al depender demasiado de artificios cinematográficos y narrativos, lo que afecta la autenticidad de las emociones en la obra.
'Electric Dreams' presenta altibajos, sin embargo, los aciertos son más significativos que los errores. En general, la serie vale la pena, sobre todo si aprecias la obra de Philip K. Dick.
La película avanza de manera pausada y se ve afectada por la influencia de sus predecesoras. Aunque cuenta con elementos técnicos superiores a los de una serie B, el guion no logra estar a la altura.
Ni siquiera hemos explorado completamente las narrativas sobre pandemias que surgirán en el cine en los próximos años, pero esta película es única e incomparable.
No llega a ser un completo desastre, pero solo comienza a tomar forma como la película que esperabas después de una hora llena de diálogos insípidos y comportamientos confusos.
El filme logra sumergirnos en la psique fragmentada de un individuo que, en su delirio, se aferra a creencias inverosímiles. Su meta de hacernos experimentar esta convicción es un éxito rotundo.
Floja y aburrida, la serie confunde los movimientos rápidos de cámara con la intensidad narrativa, y tiene más o menos tanta vitalidad como los zombies que aparecen en ella.
Carece de sofisticación y presenta actuaciones débiles junto a diálogos extraños. Sin embargo, a pesar de estas fallas, se trata de una película con un gran potencial y algunas propuestas interesantes.
La música y la producción reflejan un gran esmero, haciendo de esta obra algo único. Es una experiencia conmovedora y con gran impacto que quiero revivir.
Es una carta de un fan a los Cubbies y a una de las bandas de rock más grandes del mundo, y la pasión que hay detrás de su creación permite que ignores sus defectos con relativa facilidad.