Aunque parte de su narrativa puede desconcertar a los espectadores que no están familiarizados con cierto folklore, cautivará a todos con sus complejas interpretaciones y su absorbente historia.
[Crítica 1ª temporada]: No ofrece ninguna razón para que su protagonista ande por aquí y por allá en un perpetuo estado de disgusto y Weisman parece contentarse perfectamente con dejarlo así durante los 10 episodios de la primera temporada.
La realidad es que se aventura en demasiados géneros cuando podría asentar sus sólidos elementos de misterio. Pero en lo que respecta a su suspense escalofriante, es totalmente fascinante.
Esta nueva serie es más rica y personal que las películas de 'Child’s Play', además de ser igualmente aterradora. El protagonista cuenta con un desarrollo más profundo y resulta más humano.
Captura ese momento vital inesperado y desolador en el que te das cuenta de que la edad adulta, la verdadera edad adulta, no es tan bonita ni tan sencilla.
Una propuesta interesante aunque carente de sustancia. Intenta abarcar demasiado, lo que provoca que la narrativa se descomponga al intentar atender a todos los personajes y las múltiples subhistorias.
Sigue siendo capaz de desconcertar a la audiencia con otra historia inquietante. Su compromiso de evolucionar con calma es incomparable en la televisión actual.
El guion de Rosso y Stellman es digno de mención por resaltar las vivencias de jóvenes negros marginados en una ciudad que anteriormente se retrataba desde una perspectiva blanca.
Las escenas son tan rápidas que no te permiten reflexionar. La abundancia de viñetas complica la existencia de una trama coherente o un desarrollo de los personajes.
La película está llena de emocionantes persecuciones y momentos de suspense, pero flaquea al intentar abordar el importante debate sobre problemas sociales que necesita ser mostrado.