El cineasta logra que el espectador asuma el papel de detective y editor de la película. No se trata de un simple documental, es auténtico cinéma vérité. Es puro cine real que se niega a permanecer en silencio ante las injusticias.
La película es Chastain. Su retrato (...) es sencillamente espectacular. Por desgracia, a este subgénero de cine de los USA, ‘el western del sueño americano’, le resulta imposible no caer en la hagiografía del personaje en cuestión.
Cine comprometido, accesible y cinéfilo al mismo tiempo, estupendamente interpretado, elegante estética, en defensa de la igualdad y con una potente denuncia de los radicalismos sociales y políticos.
El interés de la película es innegable y demuestra que Claire Simon puede plasmar en la gran pantalla todo lo que desee. Sin embargo, la obra deja un ligero sabor amargo y genera una atmósfera incómoda.
El amparo o la elipsis más bella del Festival de San Sebastián de la mano de Rober Calzadilla. Un 'Fuenteovejuna' actual que denuncia el abuso del Estado. Se presenta con una puesta en escena y una narración que se aleja del panfleto.
Claire Denis parece alejarse de su camino y perder el control de su obra. La narrativa avanza de manera brusca con elementos poco claros. Además, resulta sorprendente la falta de su habitual y serena perspectiva sobre la pasión y los deseos.
Una de las películas más importantes del año. Raramente el espectador percibe una tensión sorda pero tan intensa y continua en la gran pantalla. Los movimientos de cámara son de una belleza que corta el aliento.
Desde hace dos décadas, Laurent Cantet ha estado examinando la realidad que nos envuelve. ‘Arthur Rambo’ es su más reciente logro. Con un guion cuidadosamente elaborado, presenta al público la oportunidad de tomar su propia decisión.
Costa-Gravas ha creado un guión explosivo, con las explicaciones justas económicas, añadiendo narrativa en las partes más potentes y personales del ensayo, con la ironía que flota a lo largo de toda la película.
Unas gotas de Larry Clark en ciertos momentos, la habilidad para crear atmósferas al estilo de Haneke o Larraín, junto con un enfoque personal sobre el ritmo narrativo, convierten a este director en uno de los hallazgos más destacados del Zinemaldia 2018.
Bomba cinematográfica rumana que concentra todos los elementos necesarios para destacar y, sobre todo, atraer la atención sobre esta talentosa directora.
El dúo francés, Nakache y Toledano, tropieza con su film coral, que presenta a muchas personas y poca diversión. No se puede afirmar que los cineastas franceses hayan elegido la novedad y el riesgo como su camino en el cine.
Potentísimo alegato contra el pensamiento único. 'Akelarre' está repleto de aciertos, con un casting impecable y una banda sonora que es una verdadera joya.
Pura esencia de Sean Baker: irreverente, emocionante, visceral e inspirada. Se presenta como una versión ultra-pop y mega-lúcida del clásico '¡Qué verde era mi valle!'. Sin duda, una de las películas del año. No te demores más en leer esto, ve a disfrutarla ya.
Basado en una exquisita fotografía, el director emplea un montaje que, al repetir el mismo procedimiento, se vuelve previsible y monótono, lo que lamentablemente debilita el impacto del mensaje final.