Animadamente revelador y profundamente deprimente. Bloom crea un retrato vívido de Ailes como un individuo rabioso y violento, representando una clara amenaza para las mujeres.
Una sátira inteligente aunque exagerada. Puede parecer tan superficial como los personajes. Eisenberg emplea una fotografía y un tono cómico que recuerdan a un corto bien elaborado.
La película combina el realismo característico de un docudrama con elementos mitológicos. Su habilidad para entrelazar estos dos estilos crea una experiencia cinematográfica única que invita a la reflexión.
Es, en cierto modo, poco recomendable. No abre nuevos caminos y es probable que se olvide rápidamente. Sin embargo, su historia sigue un camino imprevisiblemente y generalmente entretenido.
No puede aspirar a suplantar al documental de Michael Wadleigh, pero es más compacto y se centra mejor en la historia y el contexto. Aporta una narrativa más amplia en menos tiempo.
Solo se requieren algunos chicos carismáticos en busca de una figura paterna. Sin embargo, con una duración que supera las dos horas, esta película se siente interminable y vanidosa, y ni siquiera logra cumplir con sus propias expectativas.
Otro director habría explorado el estatus de Vonnegut en la literatura estadounidense con mayor claridad y habría planteado interrogantes más contundentes, lo que podría haber llevado a una película más intrigante.