Christy Lemire

Las canciones son más entretenidas y pegajosas que nunca. Sin embargo, le falta un elemento clave para que todo funcione a la perfección.

Parece que está compuesta por ideas para tres cortometrajes independientes que han sido entrelazadas y extendidas para formar un largometraje.

Los intentos de los directores son admirables, pero la película, como conjunto, es imposible recomendarla

Anderson ha utilizado sus técnicas estimulantes y potentes, junto con su pasión por el drama como guionista, para narrar una historia sorprendentemente tierna.

Puede que las piezas resulten ya conocidas, pero el modo en que Alice Wu las encaja hace que consiga un resultado novedoso e inspirado.

Todo el conjunto colapsa definitivamente al convertirse en una acumulación de melodrama involuntariamente hilarante.

Sobrecargada y deficiente, frenética y sinuosa, 'Ámsterdam' es un desastre.

Bulliciosa, estridente y alegre de manera incesante. Es horrible.

La dulzura y la simplicidad de su encuentro es el punto más brillante de la película en un mundo, por otra parte, complicado. Loach utiliza este medio para arrojar luz sobre las injusticias.

Por lo menos, 'The Bad Guys' anima a los niños a no juzgar un libro por su portada, y tal vez a leer después el libro de verdad sobre estos personajes.

El meollo de la historia es emocionante, pero el relato en sí es un batiburrillo hecho con prisa.

Daisy Ridley combate las medusas y el patriarcado con notable valentía y determinación. Aunque no aporta nada nuevo al género, logra mantenernos cautivados en cada agotadora brazada.

Es difícil resistirse a esta carta de amor a un lugar y una época importantes en la infancia de Branagh y a la gente que le ayudó a tener la relevancia cultural que tiene ahora.

Es tan fluida y fiable como un salto de Jordan.

Los dos actores principales muestran una química agradable, aunque la intensidad de su deseo no siempre resulta convincente.

En las manos seguras de Reeves, todo está increíblemente vivo y resulta novedoso. Pattinson y Kravitz muestran una química impresionante.

Una visión inteligente de un género conocido con un gran reparto, pero su lentitud es excesiva.

Steven Cantor brinda una visión cercana de Polunin, mostrándolo en todas sus facetas, que van desde lo juguetón hasta lo petulante.

El nihilismo que rodea a la película convierte todo el conjunto en una desagradable y absurda pérdida de tiempo.

Korem no revela demasiados aspectos novedosos, pero más de tres décadas después, brinda a los protagonistas la oportunidad de compartir sus recuerdos y perspectivas.