Decepciona que no sea capaz de sacar provecho a su premisa. Tampoco es lo suficientemente emotiva como para realizar un homenaje a la historia real en la que se basa.
Esta segunda secuela de la exitosa comedia romántica de 2002 es un desastre para un personaje que el público ha llegado a querer, y para su creadora, que asume el control total de una entrega mediocre.
Esta película cuenta con secuencias sobresalientes, aunque también presenta algunas que no impresionan. Su tono amable y dulce, junto con las actuaciones destacadas de los protagonistas, logran elevarla por encima de la mediocridad habitual y los clichés de su género.
Con menos canciones y escenarios memorables, estrangula todo el encanto y el ingenio de sus inteligentes ideas, decepcionando a un público que la ha estado esperando más que los fans de Cameron a la secuela de 'Avatar'
Una modernización agradable, aunque predecible, de una fábula imperecedera. A pesar de algunos pasos en falso, el corazón tras sus mensajes está en el lugar correcto.
A pesar de sus decisiones inteligentes e innovadoras, presenta una notable cantidad de elecciones creativas que resultan frustrantes. Además, se percibe una constante falta de intriga estética y de identidad individual.
Al potenciar el tono oscuro de su comedia y mejorar el aspecto frío de la original, Moland consigue que su excelente thriller 'noir' se destaque notablemente por encima de otros remakes aburridos y simples.
Los temas reconfortantes que implican aferrarse a los sueños y no devaluar la propia autoestima suponen una mejora esperanzadora de la norma. Y lo mejor es que hay cineastas capaces de pilotar este viaje transformador.
Con un desarrollo de personajes insatisfactorio y situaciones poco elaboradas, así como un diálogo que suena artificial, la película falla en proporcionar una experiencia realmente entretenida.
Pese a sus pequeños defectos, es un escapismo amablemente encantador y esperanzador que es tan satisfactorio como una taza de chocolate caliente una noche de invierno.
Aunque no logra mantener un nivel de tensión que nos atrape por completo, el estilo inquietante que McCarthy aporta a la película la mantiene intrigante de principio a fin.