El intrépido mercenario Tyler Rake regresa con ganas de venganza, intentando rescatar a los miembros de su agotada familia de una implacable red criminal en esta impactante secuela.
Con un gran elenco, un humor efectivo y efectos visuales bien elaborados, esta producción se distingue claramente de varias de las obras mediocres que abundan en las plataformas de streaming.
La interpretación de Taylor es el motor de la película. Sus expresiones llenas de matices destrozan corazones en momentos dolorosos, además de enorgullecerlos en los triunfos cotidianos.
Los hermanos Russo han debilitado el contenido original, evidenciando su escaso interés por lograr que su versión sea tan impactante, provocadora y gratificante como la obra original.
Lo que debería haber sido un filme de 90 minutos se extiende, convirtiéndose en una experiencia más prolongada que, aunque tiene momentos animados, resulta ser excesivamente lenta.
Una película encantadora que ofrece una brisa renovadora. Aunque su trama presenta altibajos, la energía positiva de los actores logra mantenerla a flote.