Field es la que mejor sale parada dadas las circunstancias, mostrando un verdadero espíritu. Sin embargo, Leibman parece demasiado ansioso por agradar y recurre a todos los estereotipos.
La cruda y quisquillosa interpretación de Hathaway es magnífica, y DeWitt está al mismo nivel en todo momento. Demme mezcla, deliberadamente de forma inestable, estados de humor y géneros, consiguiendo resultados electrizantes.
La apasionada adaptación cinematográfica de Hytner de "The Crucible" de Arthur Miller provoca una intensa reacción emocional. Aunque recomiendo encarecidamente el filme, parte de mí se resiste a una obra que hace sentir al público tan moralmente superior como los personajes que invita a despreciar. Su fuerza parece, en parte, prestada de aquello qu
Camina por la delicada línea a través de un campo de minas de mal gusto potencial. Dirigida con una sensibilidad paciente y modesta, nunca va a la risa fácil a costa de su protagonista.
En Sideways, Payne ha creado cuatro de los más vivos e imborrables personajes del cine reciente americano. Esta película deliciosamente agridulce saca magia de la cotidianeidad.
Considerablemente más entretenida. La batalla más interesante aquí es la de Spidey contra Spidey, o, si lo prefieren, el superyo contra el yo. Cuando Peter empieza a mostrar su lado oscuro, la película se vuelve realmente cautivadora.
A su manera dulce, ingeniosa y modestamente sentimental, ofrece las fricciones románticas que muchas producciones llenas de estrellas, aspirantes a superproducciones del corazón, se esfuerzan en vano por conseguir.
Una película imperdible. Los directores Rob Epstein y Jeffrey Friedman logran transmitir emociones profundas en 'Paragraph 175', exponiendo dimensiones del holocausto que pocas veces se han abordado. La sobriedad y la elegancia de su dirección amplifican su impacto.
Se puede perdonar la participación del orangután, que no tenía idea del guion, pero ¿qué justificación tiene Eastwood? La dirección de James Fargo leave mucho que desear.
Es la grabación de una asombrosa química musical que ha ido evolucionando, sin signos de calcificación, durante casi cinco décadas. Como extra, hay deliciosas apariciones como invitados de Buddy Guy y Jack White.
El director Ronald Neame, conocido en el pasado por su talento, parece haber optado por hacer que sus actores griten sin parar. El resto de la película se apoya en efectos especiales que no logran destacar.