Parece que será solo otra película de acción más, pero cuando Gosling y Blunt comienzan a intercambiar miradas coquetas, a pelear y a lanzarse indirectas, la experiencia se transforma completamente. Te sientes como si estuvieras flotando en tu asiento, podría quedarme horas disfrutando de su química.
La película consigue mostrar a los espectadores que la lenta y constante profesionalidad de los periodistas de verdad que intentan la quijotesca búsqueda de ejercer el periodismo de verdad aún puede derribar a un gigante
Lo que hace que sea algo más que un simple biopic no es solo Pike, sino también el hecho de que Heineman muestra una empatía inusual hacia los entresijos de la profesión de Colvin.
Podría haber sido peor si no hubieran contado con el director Yann Demange. La película no ofrece una profunda reflexión sobre la lucha contra las drogas durante la época de Reagan.
Cuando Thornton logra revertir el enfoque misógino de la parábola bíblica que da título a la película, se puede sentir que el cine australiano ha hallado su próxima gran voz.
Equilibra lo bueno de su singular carrera como actriz, lo malo de su reputación y lo feo de sus luchas personales en un retrato encantador, aunque desigual.
Guggenheim y su protagonista buscan exhibir la realidad de Michael J. Fox en la actualidad. En este sentido, el documental trasciende lo meramente laudatorio o trágico, ofreciéndonos una perspectiva más profunda sobre su vida.
Una docuserie perfecta. Respeta y admira a los personajes lo suficiente como para no conformarse con mostrar solo un lado de la historia, sino que busca hacer evidente que no todo era felicidad.
El documental definitivo sobre la princesa Diana cuestiona las repercusiones de elevar a alguien a ese nivel de fama y de estar dispuestos a deleitarse con todos sus defectos. El documental pide responsabilidades.
Temple siempre ha jugado con el material de archivo; en este caso, es especialmente desordenado, como una caótica colcha de retazos confeccionada por una de las tías borrachas de Shane.
Este retrato de una de las figuras más famosas del mundo de la ópera es encantador, pero está lejos de ser definitivo. Es un documental que toca todas las teclas que necesita, básicamente.
Una desigual mezcla de tonos entre la peculiaridad de Wes Anderson, el derrame de tripas de John Cassavetes y 'The Breakfast Club', que de alguna manera logra disminuir el talento de su conjunto de cracks.