Un relato sencillo y elemental que hace que romper el corazón parezca lo más fácil y natural que un cineasta puede hacer a su público. Lo cual, por supuesto, no es.
Las actuaciones son sólidas, las imágenes son competentes y la banda sonora es efectiva. Pero Rumley no tiene los recursos ni la amplitud de miras para hacer justicia a su ambición.
Al evitar de forma decepcionante los temas más potentes que plantea, podría ser un retrato ligera de la Bella Francia. Pero su tierno encanto es casi irresistible.
El guion parece desorientado y la dirección resulta monótona. Es sorprendente pensar que un elenco de tan alto nivel, con múltiples ganadores de premios Óscar, pueda ofrecer interpretaciones tan deficientes.
Una de las películas de gangsters más implacables y con más estilo. El provocativo guion de David Newman y Robert Benton, junto con la magnífica dirección de Arthur Penn, se mantienen tan frescos como siempre.
Esta saga, llena de alegría, presenta una variedad de detalles extravagantes, incidentes audaces y una elegancia visual que logran llevar el argumento a lo largo de sus momentos menos persuasivos.