Cary Grant y el resto del elenco brillan en esta comedia clásica, que se destaca por su retorcida oscuridad. La actuación es excepcional y el guion inteligente mantiene al espectador cautivado.
La fotografía de Raoul Coutard y la edición, galardonada con un Oscar, de Françoise Bonnot son sobresalientes. Esta es la mejor versión de Costa-Gravas, quien combate la hipocresía y la opresión.
La fotografía es magnífica y refleja con gran profundidad los encuentros culturales. Sin embargo, su enfoque sobre la raza y el género se siente incómodo en la actualidad, al igual que algunas de las actuaciones.
Habría sido más interesante si Lunson se hubiera enfocado en las entrevistas, que son realmente atractivas. Sin embargo, lo que se resalta es que nadie interpreta sus canciones como él.
La pura presencia de Garbo en esta profunda interpretación es completamente hipnótica, y una experiencia a la que no puede hacerse justicia en la pequeña pantalla.