Con gran parte de la acción a un ritmo frenético, acompañada de bandas de instrumentos de viento o de gitanos, esto es tan impresionante como desconcertante.
Es el sentido del lugar y del ritmo de De Niro, junto con las revelaciones autobiográficas de Palminteri, lo que hace que la película resulte tan cautivadora.
La película presenta canciones que no logran dejar una huella duradera y una trama insípida que aspira a ser más significativa. El resultado es una sensación de decepción.
Ofrece observaciones interesantes sobre la vida y la personalidad del primer hombre que pisó la superficie lunar. Fairhead hace un buen uso del material de archivo.
Puede que esta epopeya de la dinastía Ming de 1967 carezca de complejidad argumental y de espectáculo de época. Pero el enfrentamiento en una remota posada está salpicado de tensión.
Un poco escasa en cuanto a humor se refiere, esta curiosidad está compuesta por ideas que cobraron cierta relevancia cuando se dio a conocer su ruptura con la coprotagonista Mia Farrow.
Cary Grant y el resto del elenco brillan en esta comedia clásica, que se destaca por su retorcida oscuridad. La actuación es excepcional y el guion inteligente mantiene al espectador cautivado.
La fotografía de Raoul Coutard y la edición, galardonada con un Oscar, de Françoise Bonnot son sobresalientes. Esta es la mejor versión de Costa-Gravas, quien combate la hipocresía y la opresión.
Pequeñas incoherencias hacen de esta película un punto débil inusual en el impresionante currículum de Robert Wise, pero no se puede considerar un visionado penoso.