La fotografía es magnífica y refleja con gran profundidad los encuentros culturales. Sin embargo, su enfoque sobre la raza y el género se siente incómodo en la actualidad, al igual que algunas de las actuaciones.
Habría sido más interesante si Lunson se hubiera enfocado en las entrevistas, que son realmente atractivas. Sin embargo, lo que se resalta es que nadie interpreta sus canciones como él.
La pura presencia de Garbo en esta profunda interpretación es completamente hipnótica, y una experiencia a la que no puede hacerse justicia en la pequeña pantalla.
La historia puede que suene demasiado familiar, pero su sencilla forma de contarla y sus atractivas interpretaciones hacen de ella una delicia inesperada.