La historia es única, y la forma en que se narra resulta sorprendentemente familiar. Es un biopic respetable, aunque peca de ser demasiado convencional.
Un rico rompecabezas psicológico que captura la atención gracias a sus hipnóticas interpretaciones y a las dinámicas contrastes entre momentos clave en la vida de su protagonista.
Caviar para sibaritas. Sokurov es probablemente el único director contemporáneo capaz de atraer a un público masivo en un festival con una película centrada en un museo.
Mezcla humor y poesía con una destreza maravillosa. Es encantadora y sofisticada, y se desarrolla como una exuberante alfombra persa tejida con recuerdos y nostalgia.
Bellocchio presenta un regreso agradable y que se deja ver fácilmente a algunos de los temas clave que han frecuentado en sus 50 años de carrera cinematográfica.
Absorbente, pero convencional. Aunque Woody Harrelson no se asemeja físicamente al presidente número 36, su interpretación vibrante y coloquial del enérgico político se convierte en el aspecto más destacado de la película.
Amini demuestra su destreza al dirigir a los actores y captar cómo pueden dar vida a los personajes de la literatura. Su guión es, en general, más naturalista que el de Highsmith, y los diálogos son más ajustados.
'Hannah Arendt' es una obra de gran éxito. Aun aquellos que no han leído ni una página de sus libros sentirán una profunda emoción por el coraje intelectual y emocional que transmite la actuación de Barbara Sukowa.
Un debut sobresaliente. El tema de la búsqueda de significado tras la pérdida se desarrolla con gran sensibilidad gracias a la emotiva interpretación de Colin Firth.
No hace el intento de confrontar el terrorismo o revisar las motivaciones o ideologías de sus protagonistas. Deja al espectador con una sensación de que se han dejado algo muy importante.
Más allá de su impactante aspecto visual y de su evocadora puesta en escena, esta historia irónica y nostálgica no ofrece una gran recompensa emocional. Los fans de los cómics, no obstante, acudirán en bandada.
Uno de los retratos cinematográficos más reveladores sobre la Cosa Nostra. Su punto fuerte es el actor Pierfrancesco Favino, quien interpreta con intensidad a Tommaso Buscetta.
Ligera, ágil, divertida y algo triste. Suele dar en el clavo al mostrar los personajes absurdos, los estilos de vida y las ideas de los años 90 que hoy nos parecen graciosos.