Un documental poderoso que aborda tanto los años de la ocupación nazi como la época de su realización, además de resonar con cuestiones contemporáneas.
Por desgracia, a pesar de los intentos de capturar la magia del mundo de Poe, la película parece estar como los cadáveres de su historia: fría, sin vida y sin pulso.
Un impresionante despliegue de persecuciones, tiroteos, combates cuerpo a cuerpo y carreras a pie, todo editado con una precisión que amplifica el impacto de cada acción.
La falta de originalidad en el diálogo es compensada por el fuerte compromiso de la película en mantener la narrativa mediante la conexión tangible con la experiencia física de Isaac.