Un impresionante despliegue de persecuciones, tiroteos, combates cuerpo a cuerpo y carreras a pie, todo editado con una precisión que amplifica el impacto de cada acción.
El sólido reparto y los detalles sensoriales logran sostener la película, pero me habría encantado que se profundizara más en la psicología de los personajes.
La película de John Crowley minimiza las brillantes actuaciones naturales de Florence Pugh y Andrew Garfield, al avanzar a través de la línea temporal de la historia sin una lógica clara, lo que afecta su ritmo.
Al inicio, la secuencia continua tiene un efecto llamativo, pero con el tiempo se convierte en un elemento que refuerza la atmósfera cada vez más asfixiante de la película.
La falta de originalidad en el diálogo es compensada por el fuerte compromiso de la película en mantener la narrativa mediante la conexión tangible con la experiencia física de Isaac.