Ambiciosa y excesiva, esta vuelta de Zemeckis al cine con actores plantea, de manera inteligente y provocadora, varios dilemas éticos y morales a partir de las desventuras de un piloto de avión que lucha con su adicción a las drogas y el alcohol.
La inmensa actuación de Jeff Bridges compensa los lugares comunes de una trama previsible. Sin embargo, gracias a la calidad de la música y a la nobleza de sus intérpretes, la película resulta prácticamente irresistible.
Es precisamente una relación afectiva la que pone en riesgo su meticuloso accionar. Esta dimensión humana le otorga al film un interés que excede al del mero documental sobre épicas deportivas.
Egoyan narra las desventuras de Guttman a lo largo de gran parte de Estados Unidos a través de un guión meticuloso, que muestra un enfoque maniqueo y suscita dudas sobre la ética tanto artística como humana.
La despedida de esta saga de Marvel combina durante sus dos horas y media de duración comedia y aventura, logrando muchos más aciertos que desaciertos.
La mirada de Vlad Petri es crítica, melancólica y desesperanzada. Presenta una parte esencial de la historia del siglo XX narrada desde la perspectiva íntima de dos amigas a las que ni la distancia pudo separar.
'La mala familia' es una celebración de la amistad masculina y de la resistencia en un contexto de marginalidad, sin exaltaciones ni juicios desde una mirada horrorosa, moralizadora o paternalista.
Hay algo de Eric Rohmer y Richard Linklater en la propuesta. El film se fue concibiendo a partir del intercambio de experiencias e ideas entre el realizador y las actrices. Esa espontaneidad se manifiesta en los mejores momentos de la película.
Lo peor de la película no es su premisa poco convincente, sino su torpe puesta en escena, los conflictos exageradamente evidentes, un sentimentalismo que se siente forzado y una banda sonora irritante.
Resulta una auténtica rara avis en el panorama contemporáneo. Un cine animado a contramano de estos tiempos vertiginosos y efímeros. Un acto de resistencia.