Pocas películas de Spielberg presentan imágenes tan sombrías y un final tan esperanzador como 'Caballo de guerra'. Esta obra es mucho más compleja, profunda y conmovedora de lo que podría parecer en un primer vistazo.
Hay que reconocer que las escenas con los pajarracos están muy bien filmadas, especialmente en todo lo que tiene que ver con la elaboración de los gags, que no por elementales son menos eficaces.
La historia se presenta como una anécdota menor. Los actores humanos apenas tienen relevancia en comparación con sus compañeros caninos, pero al menos hay un intérprete humano que destaca en cada escena en la que aparece: el talentoso William H. Macy.
La película mantiene un excelente ritmo, cuenta con un humor efectivo y ofrece escenas de acción que son verdaderamente espectaculares, garantizando así que ningún fan del género se sentirá decepcionado.
A favor de este extraño comienzo de "Dark Universe" hay mucha acción, y unos fascinantes primeros planos de Sofia Boutella, que funcionan como homenaje a Karl Freund.
No sólo es entretenidísima, sino que explota en lo visual en una escalada de delirios realizados con una batería de efectos digitales, una dirección de arte formidable, lo mismo que la fotografía.
Lo interesante del guión es que sublima el tema de las actuales masacres con armas de fuego a través de lo fantástico, pero más allá de Helen Mirren y un buen par de sustos, el asunto daba para más.
Es una típica película de época al estilo inglés, tal vez demasiado conservadora en lo formal, pero con una excelente ambientación, sólidas actuaciones y momentos intensos.
Crowe toca con audacia y buena intención un tema sensible para los australianos: la sangrienta batalla de Gallipoli y, si bien el film es imperfecto, también está lleno de detalles interesantes.
Logra darle gran fuerza horripilante a los momentos más terribles, intentando asustar con recursos elaborados y no tanto con el gore que uno esperaría de una producción Hammer.
Sólida en lo técnico a todo nivel, con imaginativos backgrounds neoyorquinos y una variada paleta multicolor, la ambientación de época y la banda sonora jazzera son otros puntos fuertes de esta recomendable película animada.
La pesquisa es el nudo de esta historia interesante, muy bien filmada y actuada, con imágenes y paisajes marítimos tan dramáticos como los hechos que se narran.
Al film le faltan mejores actores secundarios, una puesta de época que sea algo más que prolija y bonita y, fundamentalmente, desaprovecha todo lo que tiene que ver con los procedimientos médicos de esos tiempos.