La serie ofrece numerosas sorpresas, combinando tiroteos entre criminales y batallas de guerra, sin dejar de lado el humor negro y las inquietantes representaciones sociales.
Es el tipo de película bien producida, con buena ambientación de época, pero en las que casi nunca pasa nada verdaderamente intenso, destinada a verse en alguna sesión de zapping de cable de tarde lluviosa.
Es Peter Jackson quien logra combinar todos los elementos de esta megaproducción para que sea algo más que un mero entretenimiento superficial, y consigue que esto, en lugar de ser simplemente un remake más costoso y moderno, se convierta en una autentica reinterpretación de un clásico del cine.
Esta no es una película fácil. Es muy claustrofóbica y dialogada. Pero es totalmente recomendable no sólo por la fuerza del tema de la lucha contra el facismo, sino también por la antológica actuación de Gary Oldman.
Afortunadamente, la intensidad del horror aumenta notablemente, especialmente a medida que los eventos comienzan a desarrollarse durante el día. Esto lleva a algunas de las escenas más impactantes.
A veces puede parecer más extraña que verdaderamente eficaz, pero presenta hallazgos visuales y narrativos en los que el director de 'Volver al futuro' investiga su faceta más oscura y personal.
Es un film notablemente singular: funciona como una fábula tanto para niños como para adultos. A pesar de que su historia, su idioma y los actores pueden hacer pensar que se trata de una producción norteamericana, en realidad, es principalmente mexicana.
Más allá de que está bien filmada, con una notable dirección de arte sobreviviente del film anterior, "La dama de negro 2" no tiene la originalidad ni la eficacia de su predecesora.
Al rescate de Clooney carece de la garra necesaria. Si bien se presenta como una película de guerra, la acción dramática característica de este tipo de films tarda en comenzar, algo que incluso el guión reconoce explícitamente.
El resultado es desparejo y demasiado largo, con atractivas locaciones y paisajes chilenos y momentos aislados donde brilla el talento del director que revolucionó el cine hace décadas hasta que se dedicó a otro tipo de cosas.
Dado que también hay sentido del humor y algunos aspectos de la vida personal de Thor Heyerdahl, se puede afirmar que otro gran logro de "Kon-Tiki" es ofrecer algo para un público con diversos gustos.
Entre los huecos argumentales, hay imágenes atractivas, con mucho kitsch y moda fifties intercalados con imaginativas escenas alucinatorias que ayudan a equilibrar el conjunto.
El resultado presenta un ambiente cautivador, con una excelente banda sonora de jazz y un elenco formidable. Sin embargo, las casi dos horas y media de duración y la falta de ritmo narrativo afectan una propuesta que, aunque nunca pierde su interés, en ocasiones se torna confusa.
La trama policial carece de gran tensión, pero la narrativa, aunque sencilla, está bien desarrollada. Esto, junto con las sólidas actuaciones, logra mantener el interés del espectador.