Alex de la Iglesia combina su admiración por Billy Wilder y su venerado Berlanga en una comedia oscura, llena de gags ingeniosos y mostrando todo el talento del gran director español.
Es una película rara, que por momentos es genuinamente divertida y a veces se pasa de la raya, pero está muy bien actuada y parte de una idea ciento por ciento original.
Hay varios detalles en contra, empezando por algunas inconsistencias en el ritmo narrativo y varios otros recursos visuales que parecen destinados a que la imagen básicamente distraiga y reste verosimilitud al conjunto.
Hay imágenes sin desperdicio y un grado de gore superior al de otras producciones Marvel debido a las furibundas características del marciano protagónico.
Lo que desequilibra la corta duración de esta película, que nunca deja de ser divertida, son los flashbacks en blanco y negro e inglés en secuencias que no aportan mucho salvo cortar la acción principal.
El director y guionista Jordan Peele presenta una destacada ópera prima que se caracteriza por su historia original y un notable dominio narrativo. Con un enfoque en el humor negro y, por encima de todo, ofrece más inteligencia que horror.
El humor negro y picaresco de este superhéroe, más la violencia exagerada y la talentosa dirección de Tim Miller sirven para que este nuevo Marvel guarro sea recomendable.
Promediando la proyección, el ingenio empieza a agotarse y los chistes se vuelven un poco previsibles. La película daba para más. La banda sonora jazzística es excelente.
Es algo diferente y ésa es una de sus principales cualidades; está bien actuada y por momentos es divertida, aunque en general es más tragicómica que realmente graciosa.
Es otra exagerada y snob injerencia en las intimidades de la más desquiciada fauna hollwoodense. En un elenco desaprovechado, logra lucirse Julianne Moore.
Esto es lo que hay, y para deprimirse con este tipo de comedia dramática, que ni hace reír ni llega a emocionar, mejor esperar a que la pasen por cable o peor aun, que esté disponible en Netflix.
Una Emmanuelle Seigner brillante y un Mathieu Amalric que evoca a un joven Roman Polanski protagonizan 'La piel de Venus', una película que no logra ocultar su origen teatral en ningún momento.