La película es un poco más larga de lo necesario y no siempre pareja, pero está muy bien filmada y se aproxima al tema de una manera original y novedosa, lo que se advierte también en su actractiva forma de unir el ajedrez con el rock, el flower power y la cultura pop en general.
Es una película que ningún fan del director querría perderse, con un genial contraste visual entre la miseria de la caravana y el brillo art deco de la gran ciudad, con una direccion de arte y fotografía para la antología.
Joaquin Phoenix brilla de manera notable en la primera parte del cautivador film de Paul Thomas Anderson, mientras que Philip Seymour Hoffman consigue plasmar todo el carisma necesario para que su personaje, un gurú, logre atrapar a una multitud en sus disparatadas ideas.
Cuando la catástrofe se desata, la película muestra una fusión de fotografía y montaje impecables. El efecto de montaña rusa que busca el director se mantiene sin interrupciones.
Es una comedia suave y sencilla, que evita caer en lo sensiblero, pero que transmite un sentimiento auténtico. Es típicamente italiana y, a la vez, logra profundizar en temas significativos.
La única preocupación del director Bill Holderman es ofrecer la escena adecuada para que cada una de estas figuras brille, y suele conseguir incluir a varias de las protagonistas en una misma secuencia.
El director logra un brillante crescendo narrativo, considerando lo coral del asunto, casi como si fuera un Robert Altman del terror, y dosifica el relato con imaginativos momentos horripilantes.
Carnevale mantiene figuras y estructura, pule situaciones, le da un poco más de espacio a la relación del enfermero con su familia, lo que resulta beneficioso, y culmina con las mismas imágenes documentales tocantes del original.
Este es uno de esos rarísimos casos en los que una remake no sólo tiene sentido dada su aproximación totalmente distinta a la misma historia, sino que además supera ampliamente al original.
Hosuda maneja con destreza el equilibrio entre el delirio, el misterio y el humor absurdo, logrando fusionar acertados gags con una buena dosis de acción.
Es una película original, llena de imágenes notables, con excelentes diálogos irónicos y no los típicos sobre historias de la tercera edad. Y sobre todo con dos protagonistas sin desperdicio.
Es una excelente comedia dramática, recomendable a público de todo tipo y edades, con uno de los mejores finales que se hayan visto en este tipo de cine.