Trepidante y muy bien realizada, es importante señalar que el "mundo africano" no es más que una nueva fachada para una historia que hemos estado viendo durante años, con los mismos lugares comunes de siempre, pero con un diseño de producción impresionante.
La película busca diferenciarse del género a través de observaciones ingeniosas y una narración rápida, pero carece de la inteligencia necesaria para justificar su enfoque. La historia termina cayendo en los clichés que intenta evitar.
Un buen complemento para la magia que encandiló a Broadway, pero lamentablemente toda esa chispa se perdió camino al cine. No todos los finales son felices, después de todo.
La trama es exagerada y los personajes se asemejan más a caricaturas que a personas reales, pero esa es su esencia. Aunque falta el humor y el presupuesto de trabajos anteriores, esta pareja de actor y director sigue mostrando su valía.
Tiene sus momentos que logran arrancar una sonrisa, pero el caos es excesivo para ser considerado serio, y se agrava con la aparición de la espía femme fatale interpretada por Amber Heard.